lunes, 17 de mayo de 2010

Si, a vos.

Se estremece a veces la piel cuando leo cosas o referencias hirientes (sé que no lo hacen a propósito, pero duele a veces)

Se paró frente a vos, sabía lo que estaba buscando, sabía que no le importaba, pero aún así supo poder pararse frente a vos, y mirarte a los ojos, venciendo todos los fantasmas, derrotando todos los miedos…
Le temblaba la voz, le dolía la cabeza, le temblaban las manos, siempre te consideró demasiado para él, nunca se creyó importante ni merecedor.
“Te quiero” te suspiró, y te reíste de él y de su amor, te reíste en la cara y lo tildaste de boludo, lo trataste como tal, después de haber tenido el valor de haberte dicho, inocentemente lo que le pasaba cuando te veía…
Y te reíste, y lo trataste de tarado cuando te quiso besar.
Y te reíste de él y de su amor… y eso no se hace.
Y ahora te la das de feminista, decís que no servimos, que pocos son los hombres que sirven, y te agregas a banditas pelotudas que nos proclaman como inútiles, cuando fuiste vos la que se rió de él y de su amor, fuiste vos la que lo despreció más allá de su honestidad, y por mucho que lo pienses y te la das de superada, hoy se te revuelven las entrañas cuando lo ves de la mano con ella, ella que supo quererlo, que respetó ese amor y se hizo cargo de lo que provocaba, ella que no lo quería, pero aprendió a hacerlo, porque apreció la valentía, y la importancia de la palabra querer.
Y hoy se te dan vuelta las tripas para no verlo, y te duele el alma por ver que perdiste algo, por mucho que salgas con tus amiguitas y te la des de jodona.
Porque para peor, él se te paró adelante y te agradeció, te dijo “Gracias por comportarte como una pelotuda, gracias por tratarme así, porque me sirvió para darme cuenta que hay mujeres que no sirven, y que no serán como los espermatozoides, porque mas de una sirve, pero son como las manzanas del cajón, hay algunas que son una cagada, y están podridas por dentro, son arenosas y sin sabor, son amargas y con la coraza dura… en serio, gracias.”
Y hoy lloras en el rincón, como una idiota, por verlo tan feliz.

Gracias por leer.

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