jueves, 3 de marzo de 2011

Yo contra mí

Si lo vieran de lejos, si lo miraran desde fuera, seguramente creerían que está loco.

Un viaje, caminata, o simple reposo, no importa dónde, simplemente importa que empieza.
Una batalle interna, puramente propia, de él, sin necesidad de expresar. Pero lo hace, porque a eso se acostumbró, es una bella manera de sangrar y cicatrizar.
Una voz un tanto más tosca, más seria, pareciera que más adulta y más confiable le comienza a hablar, (siempre, pero siempre será él, pero nombrémosle, “El otro”) él siente una terrible aflicción, una bronca, ganas de gritar, odio… no, odio no, sería más bien rencor. Pensante como de costumbre se carcome la cabeza, se lastima con sus palabras, de pronto el otro aparece “no sirve, si gritas, si te enojás, no sirve…”
“¿pero qué puedo sentir entonces, cómo se supone que tengo que reaccionar?”; “No es lo verdaderamente importante, ni lo que tengas que hacer… demostraría que te importa…”: “¡PERO LO HACE!”; “bueno, entiendo, pero no alardees de eso, no es necesario para vos… ¿o acaso no querés respetarte siquiera?”; “No se trata de respeto, se trata de lo que siento, él no tenía porque estar ahí… nunca me sentí peor”; “aaaay, no lo extiendas tanto, no te empobrezcas por semejante estupidez, hay cosas peores, ¿o no?”; “Vos también… basta con eso, ahora no quiero sermones sobre dolores de otros, si no puedo manejar los míos”; “nadie habla de los ajenos, hablo de los tuyos, pero los más importantes los…”; “CALLATE! No entendés de lo que hablás, no me entendés! No ves que me muero por esa mujer, no lo ves!!”; “¿CÓMO NO LO VOY A VER!? NO VES QUE SOY VOS! No intentes maximizar todo! Llorar no basta, gritar? Para qué? No seas patético, soy yo gritándome a mi, pero más suave… levantá la cabeza idiota, no es el piso tu lugar, es aburrido estar ahí… caete, o aprendé a volar, pero no te des por vencido!”
Frenó. Era demasiado. El cielo oscuro lo ignoraba por completo. No se trata de lo que haya, lo que falte, se trata de lo que uno es, lo que se valora, lo que importa… se trata de uno, y ella no tiene relevancia.
“Levantate de ahí, y caminá.”

Siempre se trató de eso, fueron tantas ya, que una más…

Gracias por leer.