jueves, 6 de mayo de 2010

Ni nada ni todo

Trágico, como siempre, pero mejor que nunca.

Desde historias que escuchó hasta vivencias propias, era como una enorme catarata de cosas que le pasaban por la cabeza, por el alma, por el cuerpo, era un sin numero de ideas y pensamientos que por fin después de tanto caminar, había entendido. No eran lágrimas ya las que salían de si, no era el dolor el que lo gobernaba, las cosas estaban cambiando y se sentía a gusto con eso.
Quizás no sea ella, era probable, pero al igual que la anterior, estaba aprendiendo, y eso era mejor que cualquier cosa, aprender no de un error o una caída, sino de las cosas buenas que salían.
Miró adelante esta vez, ya no había atrás, suspiró, y caminó.

Gracias por leer.

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