miércoles, 6 de enero de 2010

Suya

La veía, atónito, su piel, su largo pelo sobre la almohada, su cuerpo desparramado y enrollado con todas las sabanas por toda la cama (una manera muy incomoda y particular de dormir), su calida respiración soplando en la cara, un leve ronquido, un jugueteo con la boca, como si soñase que come, permanece quieta de frente por un rato mas y se mueve, voltea como lo hace siempre hacia el otro lado de la cama, como si le diese vergüenza que la mire de esa manera, sus manos, tan chicas, tan frágiles como si se rompiesen ante el mínimo rose, hasta sus pies le parecían perfectos en aquel cuadro maravilloso que se pintaba sobre la cama, una mañana calurosa de un verano naciente, era perfecta por donde se la mire. Y pensar que lo había ignorado rotundamente en el colectivo el primer tiempo, siempre con su pelo enrollado (que también le quedaba hermoso), con sus auriculares y su mirada hacia adelante siempre, como ignorando al micro entero, como si no hubiese nadie cerca, como si estuviera sola, nunca una sonrisa, nunca una mirada, nunca nada, que difícil había resultado enamorarla, siempre se decía “Si se aísla de esa manera, como pretende que nos enamoremos? Como voy a hacer para proponerle casamiento o por lo menos que me acompañe a mi casa? Como pretende que le robe un beso si siempre mira para el otro lado?! O que le agarre la mano si se aferra al pasamanos? Como quiere que me muera por ella si se comporta así?! (Aunque con mucho o poco esfuerzo, termino resultando)”. Entre un saludo, un perdón por un tropiezo, un “Justo bajo acá” un chiste que va otro que viene y la constante insistencia y perseverancia del querer seguir, dio por resultado el pleno y feliz final, ahora dormía en su cama, ahora respiraba sobre él, ahora por un tiempo indefinido (que ojala no termine jamás) era “suya”.
Entreabrió sus hermosos ojos un poco, él la seguía mirando, adorándola, “Que miras amor? En que pensas?”. Escondió rápidamente todos sus pensamientos, sus deseos todas las cosas que pensaba decirle cuando despierte, las bloqueo, como de costumbre no podía hablar muy fluido si ella lo miraba fijamente, y le dijo “recién me despierto y roncabas como loca” (ocultando que estuvo toda la noche mirándola), se sentó en la cama y estiro los brazos, se inclino sobre ella, la beso y pregunto dulcemente “desayuno en la cama?”

“Gracias por… hacerme sentir así.”

Gracias por leer.

No hay comentarios: