viernes, 22 de enero de 2010

Manitos

Lo tomó en sus brazos, tenía los ojos llenos de lágrimas, él sin embargo, tenía los ojos enormes, color marrón claro como Mamá, hermosos. Las manitos chicas, suaves, un perfume particular, una maravillosa sensación de gozo lo llenaba cuando lo miraba a los ojos, lo podía ver en 2, en 10, en 15, en 20 años, lo podía ver, veíalos primeros pasos, las primeras palabras, los primeros berrinches, los maravillosos primeros años, veía los cumpleaños, las fiestas, el crecimiento, los problemas, las novias, las peleas, los enojos, el estudio, y se ilusionaba con ese futuro, feliz y con los ojos llenos de lágrimas la miró a Mamá en la cama del hospital, mientras él encontraba el dedo de Papá y lo apretaba con fuerza, tratando de mantenerlo ahí, junto a él, en ese momento y por siempre.
Mamá lloraba, él reía, Papá estaba maravillado, la blanca habitación se volvió unidad, se volvió mágica, otra vez lo miró a los ojos y lo vió, por siempre a él, a su Hijo.

Gracias por leer.

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