Escena.

Estaba parado al lado de una chica flaca y de cabello negro que abrazaba algo en el suelo, no sabia como había llegado ahí, pero estaba. En los alrededores de una estación de tren se vió, era él no había duda, estaba parado al lado de una chica llorando un bulto en el suelo. El gris rodeaba casi toda la estación, pero era un gris calido, lo único que distinguía era a la chica a la que no le prestaba especial atención. El gris se extendió un poco, no se acordaba de nada todavía pero distinguió policías y vallas, más luces, el gris se volvió ensordecedor, no podía moverse y sus recuerdos vinieron como cascada.
Salía de su casa, tenia que levantar a Ella, Ella… Se acordó de Ella, se acordó del viaje a su casa, de haberse fumado un cigarro y haber parado para ver una camperita en la casa de Marca, se acordó de un poco, pero decidió seguir, quería acordarse. Caminaron por la vereda, al costado de la plaza, Ella tenía miedo de la plaza, nunca supo por qué.
Se compraron un helado en la esquina, y se dieron un beso en el umbral de una casa apagada, sí, se acordó de sus besos.
Caminaron unas tres o cuatro cuadras rápido por la oscuridad, sí, le asustaba la oscuridad todavía. Hasta ahí iba todo bien, en que fallo?
La estación… la estación… que hacia en la estación? “Vamos al Cine mi amor” (sintió susurrar de su boca) “Es tarde gordo, quedémonos por acá”.
Una sombra, qué era esa sombra?
“La plata loco DALE!”… ruidos, silencio “No le hagas nada Flaco! PARA!”
Un ruido seco… sordo, un grito, una corrida, una caída al suelo, un dolor en el estomago…
Que era eso? Por qué? Ella llora! Hace cuanto pasó esto!?
Se vio la remera bañada en sangre.
La flaca, era Ella, estaba llorándolo… y él… él era ese bulto borroso en el suelo?
“Por miserables 20 pesos HIJO DE PUTA!”
Grito mientras su alma desaparecía de la escena, se hacia un pequeño eco, el eco susurro, y finalmente un leve beso en la mejilla.
Mañana seria un simple titular, pasado un pedido de justicia, hasta que de repente, nadie se acuerde de él. Más que Ella. O Mamá quizás, Papá.
El eco se hizo susurro, el susurro beso, y el beso… olvido.

Gracias por leer.