jueves, 22 de abril de 2010

Esperar.

Es como verte mirar y mirarme viéndote…

Se mordió los labios, no podía dejar las manos quietas, esperaba sentado en la escalinata fría, esperando, como se esperan los buenos momentos.
Ella bajó sonriente (en realidad jamás había notado el hecho de que ella sonreía seguido cuando estaba cerca de él), caminó un pequeño tramo y lo miró fijo “¿Hace mucho que esperás?”.
Él bajó la mirada con una sonrisa delatora, “creo, no, estoy seguro que estoy sentado en esta escalinata desde hace mucho tiempo esperándo a alguien que me vea con esa hermosa sonrisa en su cara, y mejor aún, que se alegre porque yo esté acá.”
Ella se sentó a su lado, le sostuvo la mano y le dijo “Siempre soñé con alguien que me espere, por ahí nos soñamos mucho tiempo, ¿no te parece?”.
Miraron sus miradas mirándose, pero a él le distrajo su boca, y a ella esa sonrisa que no podía sacar de su cara (él estaba feliz), “¿Te molesta si te doy un beso?”
Ella negó con la cabeza, él le acarició las mejillas, ella cerró los ojos, él sonrió y le comió la boca de un beso, con ese rico sabor a menta de sus labios.

Gracias por leer.

1 comentario:

Cloe dijo...

Así vale la pena esperar.

Abrazo