viernes, 9 de abril de 2010

Porque si vos decís yo te digo.

Ella dijo: no te enamorés de mí.
Yo le dije: no me digas lo que tengo que hacer.
Ella dijo: no me tomes de la mano
Yo le dije: no me digas lo que tengo que hacer
Ella dijo: no me mires así
Yo le dije: no me digas lo que tengo que hacer
Ella dijo: no me beses y cierres los ojos
Yo le dije: no me digas lo que tengo que hacer
Ella dijo no me abraces
Yo le dije: no me digas lo que tengo que hacer
Ella dijo: no te mueras por mí
Yo le dije: no me digas lo que tengo que hacer
Ella dijo: no me faltes nunca
Yo le dije: no digas boludeces
Ella dijo: no me dejes de amar nunca
Yo le dije: no digas boludeces
Ella dijo: no me sueltes la mano
Yo le dije: no digas boludeces
Ella dijo: no dejes de mirarme
Yo le dije: no digas boludeces
Ella dijo: no dejes de besarme
Yo le dije: no digas boludeces
Ella dijo: no me sueltes nunca
Yo le dije: no digas boludeces
Ella dijo: me muero por vos
Y para ese momento ya había jugado tanto conmigo que lo único que pude decirle fue, “Nena, te quise, te amé, te banqué, te esperé, te soporté, y ahora te odio, justo cuando vos me decís que te morís por mí… No me jodas, porque voy a tener que callarte de un beso.”

Gracias por leer.

1 comentario:

Cloe dijo...

Somos animales contradictorios.

Abrazo y sigo leyendo