lunes, 19 de abril de 2010

Brillá.

Hacés cosas que ignoré que puedas llegar a hacer, es como si supieras todo, a cada momento, lo que necesito y lo que me falta.

Él miraba el techo, dibujaba figuras que brillan en la oscuridad.
Ella sentada en la cama se enjuagaba las lágrimas.
Él giraba de un lado al otro desacomodando las sabanas sin conciliar el sueño.
Ella no podía recostarse, el pecho le dolía demasiado.
Él creyó verla, dibujada en un dibujo que no estaba.
Ella vio un destello de luz en sus lagrimeantes ojos.
Él estiró su mano y creyó tocarla.
Ella sintió el roce, y abrió los ojos.
Él también y se vio con una enorme sonrisa.
Ella dejó su perfume en él.
Él su caricia en ella.
Saciamos nuestras penas, y juramos encontrarnos, no te llamo, no me mostrás afecto, pero hagas lo que hagas estás acá.
Hoy hablo tal vez tanto de Él y Ella, es que esas palabras son mejores que vos y yo, ya perdí tanto que no sé si quiero calificarte todavía, mejor que seas… una imagen brillante en mi cabeza.

Gracias por leer.

2 comentarios:

c. dijo...

las imágenes brillantes en la cabeza siempre suelen ser mejores, claro que es sólo ideal.
saludos

Cloe dijo...

Muy complejo, pero es así como generalmente son las cosas.

Abrazo