miércoles, 29 de septiembre de 2010

Ironía.

Como siempre y de costumbre, pasan.

Caminaba el rumbo a su destino con total normalidad, enajenado con sus auriculares y perdido en la radio, caminaba por la vereda, con el sol de frente, con tranquilidad en su andar.
La calle estaba un tanto vacía, es algo de lo que uno no se percata con normalidad si camina feliz.
El maleante salió de atrás de un árbol, no medió palabras, y sin que él pueda reaccionar le disparó en el estomago, sin decir ni proponer, sin dudarlo o meditarlo…
No había reaccionado aún en relación al disparo cuando se tomó el estómago y rió levemente, con una expresión “¡Ja!”, se tambaleó levemente mientras decía ante el asombro del ladrón “esto parece una broma, tiene que serlo… ¿¡Justo ahora!? La puta madre, ¡¡estudié un montón!! Me hubieras avisado forro, y ni estudiaba, desperdicié los últimos días de mi vida estudiando (bajó la cabeza, se detuvo y rió un poco más fuerte) la puta madre, que ironía de mierda… qué forro sos (le dijo al ladrón, mirándolo fijamente) te hubiese dado todo, pelotudo, no me iba a resistir… qué sorete sos… no ves que tenía parcial hoy (y cayó sobre sus rodillas, de a poco con menos fuerza y animo) encima mamá iba a hacer pizzas hoy a la noche, con lo que amo las pizzas de la vieja… que forro sos, me hubieras preguntado… mi hermano se va de casa a vivir con la novia dentro de poco, y la pieza y la compu iban a quedar para mí; ¡y los chicos habían organizado una joda para mañana, para celebrar el final de la época de parciales! ¿A vos te parece? Qué mierda, la puta que lo parió…”
Se tomó el estómago, donde había entrado la bala, ahora lleno de sangre, se miró y empalideció “mirá vos… qué porquería.” Se cayó levemente conciente todavía. “¿Y ahora? Tenía planes, sabés, tenía muchos planes… me iba a casar, me iba a poner de novio, quería ser feliz… qué te costaba preguntarme, ¿crees que valoro más mi teléfono o la plata antes que mi vida, esta vida enquilombada pero mía? Sos un tarado…” una lágrima le cayó por la mejilla, mientras todo se quedaba frío y en silencio…
El ladrón, sorprendido por la lenta caída y creyéndolo ya muerto, se acercó para sacarle la plata y el celular, y lo escuchó susurrar algo más, antes de morir: “la quería y no se lo dije, y ahora no se lo voy a poder decir… (Suspiró) ah… llevate lo material, llevate lo mío acá en la tierra, que yo, yo me quedo con lo mío…” y finalmente se fue.

Gracias por leer.

3 comentarios:

Ais. dijo...

Impresionante, me encantò! Muy bien contado, me emocionò mucho...
Con todas las cosas que pasan a estas alturas estamos insensibilizados, nos cuesta mucho ponernos en el lugar de la victima, tratar de imaginarnos que pensò en ese momento, cuales eran ss planes de vida... lo tomamos tan solo como una noticia mas.
Gracias por recordarme que ese numero en las estadisticas sigue siendo una persona.

Y gracias por tu comentario en mi blog! Comentarios asi dan ganas de seguir escribiendo.
Un beso desde el otro lado tambiennn, lapicito? :P

Ais. dijo...

jajaja, lo decia por la foto del perfil! Vos me decis morocha y yo como te digo? :D

Ais. dijo...

Pero que tonta yo... es verdad. Ahora ya nos conocemos las caras, je :)

Lo del otro blog, si, es jodido por eso no le hago propaganda :P Tengo que reconocer que es bastante depre y sè que a mucha gente no le caben esos mambos por eso lo dejo para el que quiera indagar mas sobre mi, sobre mis dos caras, la poetica y la otra (sin obligación de compra jajaja)

Un abrazo,
Ais.