jueves, 3 de septiembre de 2009

Después

“Menos mal que estas acá, menos mal que no puedo alejarme, menos mal que sos todo, menos mal no me negué, menos mal no me negaste, menos mal me anime, menos mal pude hacer lo que soñé, menos mal todo puede ser mejor de lo que era, menos mal que juraste estar siempre, menos mal soy importante para vos, menos mal me mentís, menos mal te soy sincero, menos mal esto fue mutuo, menos mal sigo acá, menos mal que puedo verte con solamente cerrar los ojos, y menos mal que gracias a eso no me faltas nunca, menos mal que metiste la mano bajo la almohada y leíste este destello de felicidad, menos mal que esta noche voy a llegar a casa y vas a estar, menos mal que te amo a vos, menos mal que aunque muera seré tu ángel guardián, siempre…” decía la carta que encontró debajo de su almohada tras el funeral, y no mantuvo las lagrimas, el llanto incontenible… “Menos mal mi amor, menos mal…”

Basado en una visión más trágica de “Menos mal” de Andrea Echeverri

Gracias por leer.

2 comentarios:

Luna dijo...

De vez en cuando tengo esos arranques de pensar:
Y si no lo vuelvo a ver?
Le dije la suficiente cantidad de veces cuánto lo quiero?

Besos

Y. dijo...

Es un poco triste, pero me gusta.
Mis saludos ! :)