domingo, 30 de agosto de 2009

Caían bombas, asesinatos a granel y sin una pizca de remordimiento, se peleaban por estupideces y mataban por menos, el mundo se odiaba por ser mundo, y los hombres por hombres ser, las mujeres empezaron a pegar, el hombre empezó a no respetar, ya no existió respeto alguno, ya nadie amaba por ser, por estar, nadie hacia nada por el mero hecho de estar con el otro, ya no existía perdón, solo el rencor al otro, al compañero, al amigo…
Pero él la miro a los ojos, y ella le devolvió el cumplido, frente al grupo de personas ahí presente ella dijo: “Sí, quiero”, ante el disimulado llanto de él.

Un aplauso para los que creen en el amor, aunque parezca perdido.

Gracias por leer.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

el hombre... (como género...) pobre criatura... se le dio el poder de la razón... y tantos hermosos sentimientos y nos estamos inmolando...

si, aún, en estos tiempos creo en el amor.
y espero un "sí, quiero".




p/d: muuuuy bueno lo q escribis.

Cloe dijo...

Es indispensable creer.

Abrazo

Y. dijo...

Yo creo, y con eso basta.
Un beso!

Allek dijo...

pasaba a saludarte
un fuerte abrazo!!!