lunes, 15 de junio de 2009

A destiempo

La calle no estaba demasiado atestada de gente, quizás por eso prestaba atención a quienes pasaban a su lado, con paso corto y pensativo el tipo grande prestaba atención.
Casado, con hijos, unos 30 y pico, poco impulsivo desde joven, sin sobresaltos y aburrido.
Ella caminaba con sus amigas, recién salía de la escuela, con jóvenes 16 años uniforme y libros en la mochila, aplicada, sin salir demasiado, controlada por la madre y deseosa de crecer.
Caminaba desatenta, sin prestar demasiada atención, sin importarle demasiado, sin demasía en resumen.
No se hubieran visto si ella no fuera tan desatenta y no lo hubiese chocado, si no se hubiese caído, si el no fuera tan atento, caballero y bien educado.
Se miraron por no más de 1 minuto, sus amigas tiraban del buzo, su vida tiraba de él, pero no les importo.
Él vio juventud en sus ojos, ella libertad en los suyos, se vieron sin quererlo sin pensarlo.
Podrán decir que esta mal decirlo, pensaran que fue precipitado, miraran con ojos ajenos y descortesía, creerán en locura…
Pero se amaron ahí en ese instante y seguramente lo siguen haciendo en algún lugar lejos de donde se los condenó, ella mas grande quizás, el mas grande seguramente; pero el amor es así no te avisa, a veces viene un poco tarde, cuando tu vida esta hecha pero, que se puede hacer…?
(Si hubo un poco de influencia por parte de Ismael Serrano en esta historia, pero es de la sana)
Gracias por leer

1 comentario:

Cloe dijo...

De esas historias que dan ganas de vivenciarlas, sin duda, aunque no sea tiempo.

Abrazo